Un águila guerrera

Nuestra bandera

Alta en el cielo un águila guerrera,
audaz se eleva en vuelo triunfal,
azul un ala del color del cielo,
azul un ala del color del mar.

Así en la alta aurora irradial,
punta de flecha el áureo rostro imita
y forma estela al purpurado cuello,
el ala es paño, el águila es bandera.

Es la bandera de la patria mía
del sol nacida que me ha dado Dios;
es la bandera de la patria mia,
del sol nacida, que me ha dado Dios;
es la bandera de la patria mía,
del sol nacida que me ha dado Dios.

El amor verdadero

El amor verdadero es un fuego perdurable
Que arde eternamente en la mente.
Nunca enferma, nunca muere, nunca se enfría,
Nunca se niega a sí mismo.

Al amor hay que valorarlo en primer lugar como fuente de placer en sí mismo. No sólo es una fuente de placer, sino que ausencia es una fuente de dolor. Acentúa todos los mejores placeres, como el de la música, el de la salida del sol en las montañas, y el del mar bajo la luna llena.

De: «La conquista de la felicidad» por Bertrand Russell

La semilla de pino

«¡Por nada del mundo ingresaré a la Tierra!», dijo la semilla de pino. «¡Abomino la oscuridad, y ni qué decir, el lodo! ¿Se imaginan?, yo, la hija de un árbol hermoso, permitir que me aprisionen esos toscos y oscuros terrones». Pidió entonces, a la brisa, su amiga, que la impulsara un poquito y la escondiera junto a unas piedras. «Aquí estaré a salvo», se dijo, y quedó dormida bajo el sol, y luego bajo otro sol, y otro, y otro más.

Así pasaron muchos años. Cuando despertó de su largo sueño estaba en medio de un bosque. «Hola», le dijeron sus hermanas.  «¿No nos reconoces? Ahora somos grandes árboles, pero cuando nacimos, éramos pequeñas semillas como tú, y estuvimos a tu lado en el muelle al regazo de una piña». La diminuta semilla no atinó a decir nada.

«¡Qué torpe he sido!», pensó. «Por no haber seguido el camino que me era propio en la vida, no tengo ahora ni ramas ni verdes hojas ni pájaros que canten en mi follaje. El viento no me acuna, la luna no me acaricia, ni conozco el beso sutil de las doradas estrellas. No he podido realizarme y así, moriré siendo tan sólo una semilla a la que el egoísmo no le permitió desarrollarse en una existencia generosa y plena».

Anónimo.